Seguridad y precisión.
Adecuado para todo tipo de pieles, independientemente del tono.
Aplicable en cualquier estación, incluso en verano, sin ser fotosensibilizante.
Mejora la elasticidad y firmeza de la piel.
Resultados claros y rápidos, similares a la cirugía.
Requiere pocas sesiones al año (3 o 4).
No invasivo, permitiendo a los pacientes retomar su rutina de inmediato.
El tratamiento requiere pocas sesiones para ver resultados notables. Cada sesión puede durar entre 30 minutos y 2 horas, dependiendo de la zona y la cantidad de grasa o flacidez. Los cambios en la piel son visibles desde la primera sesión, pero conforme el cuerpo elimina la grasa acumulada, los resultados mejoran. El calor del ultrasonido estimula el colágeno, cuya reestructuración toma 21 días, haciendo que la piel luzca más joven y firme.
El tratamiento HIFU es recomendado para personas con flacidez o grasa localizada en áreas como el abdomen, glúteos o rodillas, que no han logrado eliminarla con dieta o ejercicio. Es una opción para aquellos que buscan mejorar su cuerpo sin cirugía. Sin embargo, no es adecuado para personas con heridas abiertas, lesiones en el área de tratamiento, acné, implantes metálicos o para aquellos con flacidez severa u obesidad, a quienes se les recomienda mejorar su situación con un tratamiento alimenticio antes de considerar el HIFU.